Ruta: Carabaña - Valdaracete y vuelta.
Distancia: 13
Km .
Dificultad: Baja
Los
termómetros en Alcalá marcaban esta mañana 3 grados. En Torres de la Alameda ya lucía el sol cuando paramos a tomar el café
invitados por Mariana pues había sido su cumpleaños.
Comenzamos nuestra marcha cruzando el río Tajuña
por el puente de piedra de cinco ojos edificado donde hubo otro romano.
Emprendimos la ruta por la Vía Verde del Tajuña en dirección a Orusco.
Enseguida y ante una bifurcación tomamos el ramal de la derecha que comienza
con un repecho y señalizado como Vía del Tren de los Cuarenta Días porque
cuentan las crónicas que fue el tiempo que se tardó en construir una línea de
ferrocarril que durante la Guerra Civil estuvo en circulación.
Estando
Madrid republicana rodeada de tropas franquistas y habiendo sido cortada su
comunicación ferroviaria con Valencia, (por donde le llegaban las provisiones y
alimentos) en la Batalla del Jarama, el ministro canario Juan Negrín se encargó
de la realización de este proyecto que tendría 134 Km . desde Torrejón de
Ardoz hasta Tarancón y en el que realmente se emplearon unos 100 días. Con una
decena de túneles, tres puentes, y unos cuantos apeaderos y estaciones esta
línea sirvió para el abastecimiento del Madrid sitiado.
Terminada
la guerra, dejó de utilizarse este ferrocarril y en la actualidad queda un
tramo entre Carabaña y Estremera por el que hoy, convertido en vía verde, se
puede caminar.
Es
Febrero y el campo no está en su mejor momento. En la tierra desnuda y áspera
que se muestra ante nosotros, espontáneamente aparecen algunas manchas verdes
de olivos, pinos y carrascas.
Mientras
vamos dejando atrás Carabaña y el valle fértil del Tajuña, recorremos un
terreno agrícola de campos arados y páramos de yeso con espartos y carrizales.
El
ferrocarril se vio obligado a hacer profundos tajos, seccionando cerros y por
ellos hemos cruzado los caminantes hoy, viendo las entrañas de la tierra.
Entramos
en el pueblo por el cementerio y llegamos hasta la escalinata de la entrada al
templo consagrado a San Juan Bautista. No tarda en aparecer Don José Javier que
viene a decir la misa del domingo y abre la Iglesia. Nos dice que hace poco se ha inaugurado tras una larga obra de
restauración y se nota que está orgulloso del resultado. Con entusiasmo se
brinda a enseñárnosla.
Efectivamente
es un hermoso templo de estilo herreriano con forma de cruz latina y torre
campanario. Una sola nave cubierta por bóveda de cañón con lunetos nos conduce hasta el altar mayor
con cabecera plana cuyo retablo desapareció en la guerra civil. Lo preside hoy
San Juan Bautista dentro de un templete que formó parte de un baldaquino. A los
pies, el coro alto lo sustentan tres arcos de piedra.
En
la sacristía firmamos todos en el libro de visitas y nos despedimos del joven
párroco que también es capellán de la Cárcel de Estremera.
“El grupo de
caminantes de la Asociación de Hijos y Amigos de Alcalá damos las gracias al
párroco de esta hermosa Iglesia por su amabilidad y le deseamos mucha suerte.”
Mientras
recorremos los 6 Km .
que nos separan de Carabaña vamos comentando la buena impresión que nos ha
causado la vista a la iglesia y el “guía”. Una ligera brisa nos acaricia ahora,
aunque el sol sigue luciendo en lo alto y con él los yesos cristalizados
reflejan sus destellos.
En
la Ermita de Santa Lucía volvimos a coger los coches para regresar a Alcalá
haciendo nuestra parada de costumbre para tomar la cerveza y de nuevo invitados
por Mariana.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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