Grupo
de Caminantes
Ruta: Por el camino de los monjes: de
Titulcia – Titulcia
Distancia: 13 Km .
Dificultad: Baja
Fecha: 9 de Febrero de 2014
Esta
mañana, los caminantes hemos dejado los coches delante de la Iglesia de Santa
María Magdalena de Titulcia y hemos tomado el café en el Restaurante El
Toskano que estaba bastante concurrido a
las 9 de la mañana de este domingo gris
y de cielo bastante cubierto.
En
el bar, dos grandísimas calabazas de más de un centenar de kilos nos anuncian
que hemos llegado a una tierra rica en productos hortícola.
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Una
hora de coche nos ha costado llegar desde Alcalá hasta la Titulcia romana,
asentada en la ruta militar entre Emérita Augusta y Cesar Augusta. Hemos venido
hasta aquí siguiendo el Camino de los monjes Jerónimos y también para ver desembocar el río que
durante tantas jornadas hemos venido acompañando los caminantes, el Tajuña.
Titulcia
aparece encaramada sobre un pequeño cerro que se conoce como “El monte de
Venus” y en la confluencia de los ríos Tajuña y Jarama, situación privilegiada
que le hizo ser un lugar atractivo para el asentamiento de diferentes grupos
humanos desde la Prehistoria.
En
el Siglo IV a C, ya residían aquí los carpetanos. Después, con la conquista
romana, Titulcia se convirtió en un destacado centro comercial. En el siglo XII
y tras la Reconquista, se repobló de cristianos y se le dio el nombre de Bayona
de Tajuña.
Durante
las guerras de Sucesión y de la Independencia, Bayona de Tajuña fue arrasada y
casi desapareció. Fue el rey Fernando VII quien le cambió el nombre por los
malos recuerdos que le traía la Bayona francesa donde estuvo exilado hasta la
expulsión de Napoleón de España y le puso el nuevo nombre por creer que en este
lugar o muy cerca de aquí debió de estar
la Titulcia romana.
Aún
tuvo que venir la Guerra Civil Española para que este desgraciado pueblo
quedara totalmente destruido por hallarse en la línea de un frente donde tuvo
lugar una de las mas cruentas batallas, la del Jarama.
Después
de la guerra, el pueblo tuvo que ser
totalmente reconstruido y es algo que se aprecia nada más llegar a él pues su
construcción y urbanismo recuerda a los pueblos de colonización con sus casas
bajas y ordenadas alrededor de la plaza donde se encuentran la Iglesia y el
Ayuntamiento. Por el cerro ha crecido un pueblo con casas repartidas de forma
bastante irregular y desordenadas por calles y callejones en cuesta.
Los
caminantes abandonamos Titulcia dejándolo a nuestra derecha, encaminándonos
hacia la vega del Tajuña, río que
cruzamos por un puente de piedra para desembocar en una ancha vía pecuaria. Nos
encontramos en La Cañada Real La Galiana, llamada también Riojana por
transcurrir entre la Rioja y Ciudad Real.
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Como
vamos por medio del amplio valle, el camino es llano y sencillo. A nuestra
izquierda llevamos una cadena de montes.
Nuestra
vía goza de la condición de estar protegida
de cualquier uso urbanístico y se mantiene como espacio natural para uso
de senderistas y ciclomotores.
Desde
tiempos de Alfonso X el Sabio, fueron vías trashumantes estas cañadas que
debían tener 72 metros
de anchas y un recorrido de al menos 500 Km . de largo en su trazado. Cuando cayeron
en desuso, muchas fueron recortadas por
las fincas colindantes y pueblos que crecieron sobre ellas.
Por
esta Cañada Real hemos caminado durante 4 Km . entre tierras de labor y regadío bien
roturadas. Paisajísticamente es una ruta tan triste como los pensamientos que
pueden embargarnos al recordar lo que
por aquí acontecía en Febrero de 1937.
Estas tierras fueron testigo del número
de bajas de ambos bandos en la batalla del Jarama, que rondó los 7.000 hombres
de las fuerzas nacionales sublevadas y de 9.000 entre los republicanos, muchos
de ellos de las Brigadas Internacionales que intervenían en su ayuda por
primera vez.
Por
mucha imaginación que le ponga no puedo ver este tranquilo valle repleto de
tanques y soldados. Es admirable ver cómo la Naturaleza, sin inmutarse, sigue
su curso, ajena a los desastres que ocurren a su alrededor. Hay mucha gente que
le debe una explicación al creador.
En
la base de los cerros aún permanecen seis bunker de hormigón armado
semienterrados y el trazado de las trincheras. Hemos ascendido hasta uno y
junto a él, hemos parado a tomar la
fruta cuando una fina lluvia había empezado a caer para hacer más patético
nuestro almuerzo en aquel lugar y he sentido que lo profanaba mientras bebía frívolamente de la bota.
Se
me ocurre recordar una buena cantidad de lugares donde cada domingo hacemos el
descanso, en verdes praderas, pórticos de iglesias, parques, jardines, choperas
cercanas a un río, un lugar soleado en un camino, una roqueda… desde los lugares más bellos de recordar, hasta otros menos
idílicos, como el de hoy por donde aún siguen apareciendo restos enterrados de
aquella acción bélica digna de olvidar.
Estamos
volviendo al pueblo cuando al llegar al puente de piedra, Julián nos hace
acompañar al Tajuña hasta su desembocadura en el Jarama.
Antes
de entrar de nuevo en Titulcia bordeamos el pueblo por La Senda de los
Cortados Yesíferos, unos cortados que las aguas del río Jarama han perfilado con el paso de los
siglos. A partir de aquí, nuestro
paseo se ha convertido en una conjunción de vega y altos cantiles.
Llegamos hasta la misma orilla del río y quedamos sorprendidos de su amplio
cauce que viene dibujando espectaculares meandros aguas abajo y su abundante caudal que ya ha
recibido las aguas del Manzanares.
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Subimos
por una senda entre los cantiles agrietados y llenos de cuevas que en poco
tiempo nos deja en lo alto del pueblo, en el Monte de Venus, desde donde
gozamos de unas vistas maravillosas de todo el valle, del río que Rafael Sánchez
Ferlosio hizo protagonista de una de sus mejores novelas, del pueblo de
Ciempozuelo, frente a nosotros y de lo que seguramente empezaría siendo un
castro romano, a nuestra espalda.
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Solo
nos resta tomar la ansiada cerveza y comprar el pan de pueblo que tanto nos
gusta.
¡HASTA LA PRÓXIMA !
LA RUTA EN IMAGENES
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