Grupo de Caminantes
Ruta: Ruta urbana por “Los sotos históricos
del Real Sitio de Aranjuez”
Distancia: 13,5
Km.
Dificultad: Baja
Fecha: 9 de Marzo de 2014
Era
de día cuando esta mañana de domingo nos encontrábamos los caminantes a las 8 horas
en la Estación de Cercanías de Alcalá
para ir a Aranjuez. Después de hacer un trasbordo en la Estación de
Atocha y compartiendo como niños la ilusión de ir en tren hasta donde
empezaríamos nuestra ruta de hoy, estábamos en
el Real Sitio a las 9,30h
.
Delante
de la fachada principal de la bella estación de finales del Siglo XIX, nos
hemos hecho la foto de grupo. Es un edificio de dos pisos de estilo neomudejar
con gran riqueza ornamental. Está construido en ladrillo rojo con azulejos
decorativos y toda la planta baja en piedra de Colmenar. Visto desde enfrente
presenta una nave rectangular con un
cuerpo central más alto rematado por un gran reloj.
En
1837 se inauguró en Aranjuez, en otra estación desaparecida, la segunda línea
de ferrocarril de la Península, Madrid – Aranjuez, tres años después de la de
Barcelona – Mataró y catorce más tarde
que la primera línea española creada
en Cuba cuando era colonia española.
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Comenzamos
nuestra ruta de hoy saliendo desde esta histórica estación que se halla al
oeste del casco antiguo hasta desembocar delante del majestuoso palacio situado
a la orilla del río Tajo. A esta hora no han llegado aún los turistas y nos
damos el gustazo de fotografiarnos delante de su espléndida fachada
absolutamente solos.
El
edificio presenta la forma de una gran U
abrazando el patio de armas que tiene delante. Rematando la cornisa central, están las figuras de los reyes:
Felipe II, Fernando VI y Felipe V.
Este
lugar se convirtió en residencia de primavera para los monarcas españoles desde época de los Reyes Católicos; pero fue el Emperador Carlos V el primero en
ocupar el viejo palacio-hospital de los
Maestres de Santiago, a los que el rey Alfonso VIII, el de Las Navas de Tolosa,
les donó estas tierras por la ayuda que
le prestaron para expulsar de ellas a los musulmanes.
El
palacio, tal como lo vemos hoy, lo
inició Felipe II por el ala derecha.
Trabajaron en él los mismos arquitectos del Escorial: Juan Bautista de Toledo y
Juan de Herrera que comenzaron a
convertir la vieja casona de la Orden de
Santiago en un palacio regio. En este palacio murió la amada esposa del rey, Isabel de Valois.
A
Felipe II debemos la creación de los Reales Sitios que fueron residencias de
recreo de la familia real. Pueden referirse a palacios, jardines, monasterios,
cotos y sotos… todos, escenarios lúdicos.
Durante
los Siglos XVI y XVII, el Real Sitio de Aranjuez fue una dehesa de caza del rey
con un palacio inacabado en la que estaba prohibido el asentamiento de
población.
Cuando
llegaron a España los Borbones encontraron este Real Sitio en un estado de
abandono importante, pues otros reyes Austria dejaron las huertas y los jardines arruinados.
Felipe
V comenzó la recuperación y reconstrucción de todo, añadiendo nuevas
dependencias al palacio. Su esposa Isabel de Farnesio que murió en este
palacio, estuvo siempre enamorada de
este lugar.
El
hijo de ambos, el rey Fernando VI y su
esposa Bárbara de Braganza residieron muchas temporadas en Aranjuez, lugar favorito de la reina que
celebraba en Aranjuez grandes y fastuosas fiestas. Era la más famosa, la fiesta
de San Fernando (santo del rey).
Ambos
esposos eran muy aficionados a navegar por el Tajo en falúa, por lo que mandaron
construir un Embarcadero Real que hoy ha
quedado dentro de Jardín del Príncipe construido mucho después. Una escuadra de
veinte embarcaciones salía desde las atarazanas y llegaba navegando hasta el
palacio, haciendo una parada en el embarcadero. Para que navegaran las reales
falúas, 200 marineros dirigidos por un Almirante venían cada primavera y verano
hasta Aranjuez.
La
Escuadra del Tajo la componían 2 falúas y 15 barcos pequeños. Curiosamente,
Gravina estuvo destinado a la Real Casa de Marinos de Aranjuez.
Cuando
murió la reina portuguesa en el palacio, su esposo cayó en una profunda depresión
y murió al año siguiente, pero a este
rey debemos la derogación de la prohibición del asentamiento de población
en esta dehesa.
En escasos años ya había en Aranjuez varios
cientos de residentes, dando comienzo la
creación del municipio.
Con
el rey Carlos III se terminó de
construir el palacio quedando como está hoy. Convirtió a Aranjuez en una ciudad
ilustrada, dibujándola primero en forma
de cuadrícula y construyéndola después a la orilla izquierda del río Tajo, como
el palacio.
A
Carlos III debemos también las construcciones del Cortijo de San Isidro
y la del Jardín del Príncipe, esta
última en honor a su hijo Carlos IV, entonces
Príncipe de Asturias.
En
honor a este hijo tan querido del rey
Carlos III, se construyó en El Escorial La Casita del Príncipe y se
comenzó a construir en Aranjuez La Casita del Labrador que terminó haciéndola
el propio Carlos IV siendo ya rey. Es de estilo neoclásico y el arquitecto fue Juan de Villanueva.
A
Carlos IV le tocó vivir la Revolución Francesa y la Invasión de Napoleón a
nuestro país. Durante su reinado tuvo lugar también en esta villa que visitamos
hoy, El Motín de Aranjuez que acabó con la abdicación del rey en su hijo
Fernando VII.
Aunque
el rey Fernando VII ni siquiera se dignó reparar los destrozos que las tropas
francesas hicieron en el palacio, su esposa María Amalia de Sajonia murió en
él.
Sin
embargo, su hija Isabel II fue una enamorada de este palacio y en él residió
larguísimas temporadas. En su recuerdo, el palacio que hoy se enseña como
museo, muestra el mobiliario tal y como lo dejó y utilizó esta reina.
.
Después
de haberme atrevido a hacer este
reducido y efímero repaso por los cinco siglos de este interesante y único palacio que hemos estado
contemplando, los caminantes abandonamos el lugar y dándole la espalda al bello
monumento, continuamos nuestra ruta que
habíamos empezado en la estación de ferrocarril.
Por
la Calle de la Reina, nos dirigimos hacia el célebre Jardín del Príncipe, del Siglo XVIII que queda
a la izquierda y por el que va a transcurrir parte de nuestra ruta de hoy.
Entramos
por la bella puerta del arquitecto Juan de Villanueva y nos dirigimos, en
primer lugar, al Embarcadero Real, donde Santiago nos cuenta la curiosa historia que tuvo en el pasado
este lugar regio.
Vamos
paseando por un espacio arbolado en el
que abunda, sobre todo, el plátano de sombra, especie que tiene en estos
jardines ejemplares grandísimos.
Pasamos
cerca del Museo de Falúas, donde se puede ver una colección de embarcaciones de
recreo.
Mientras
caminamos, llevamos el río Tajo a nuestra izquierda haciendo una gran curva.
La
primitiva dehesa de caza se ha convertido aquí en un trazado artístico de
primer orden. Por los caminos podemos ir viendo fuentes, estanques, templetes y
esculturas.
Llegamos
hasta La Casa del Labrador para hacernos una foto delante de su bella fachada. Es un edificio de tres alturas con
cubierta de pizarra. La fachada principal la preside el escudo de Carlos
IV y las dos alas laterales llevan
delante dos pórticos con arcadas y sobre ellos, dos terrazas. Toda la fachada
está muy adornada de figuras clásicas, guirnaldas, amorcillos y rematando todas
las pilastras bustos de filósofos y
escritores grecorromanos.
Salimos
del jardín por una puerta lateral para continuar junto a su valla hasta el final de la calle que nos deja en la carretera de
Colmenar por la que continuamos hasta llegar a una rotonda en la que giramos a
la izquierda como indica un letrero hacia el Cortijo Real de San Isidro que es
una pedanía situada a 6 Km .
de Aranjuez.
Este
cortijo fue una creación de Carlos III en 1788. El monarca ilustrado puso en
marcha una explotación agrícola en la que no faltaba la casa real con oratorio, el molino, un lagar,
la bodega… y casas y ermita para
los empleados y peones…Todo dentro de un
perímetro.
Cuando
murió el rey, el cortijo cayó en
decadencia al no mostrar su hijo Carlos IV ningún interés por lo agrícola. Fue
propiedad de Miguel Godoy durante dos años, hasta que reinando Isabel II se
desamortizó y quedó en manos privadas.
Después
de la guerra civil, todas estas tierras
fueron compradas por el Instituto Nacional de Colonización y el recinto fue
parcelado.
En
la Plaza del Ayuntamiento que queda detrás de la ermita, hemos parado los
caminantes a tomar una cerveza.
Como
es domingo, los escasos habitantes de la pedanía salían de misa; momento que
aprovechamos para visitar la capilla
neoclásica de de San Isidro que tiene planta de cruz griega y unas pinturas
murales con milagros del santo realizadas a mediados del Siglo XX por Ramón Stolz Viciano autor de los
frescos del Pilar de Zaragoza.
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Cerca
del cortijo, en un área recreativa, descansamos para tomar los bocadillos y para echar un trago de la bota cuyo vino
hoy es gentileza de Jaime que de este modo ha querido estar con nosotros ya que
no ha podido venir. Brindamos por él y disfrutamos del día espléndido de sol
que nos hace, ideal para una comida al aire libre.
Cuando
llega la hora de regresar, lo hacemos por el Paseo de la Princesa, siempre
paralelos al río hasta llegar al cruce que viene desde Titulcia por el Camino
Real de Guadalupe. Por él vamos a continuar unos metros, girando a la izquierda
hacia la villa de Aranjuez por la Calle de los Altos. Hemos vuelto a
caminar por El Camino de los Monjes que desde aquí continuará hacia Toledo,
estando bien señalizado por la villa de Aranjuez.
Tras
cruzar el Tajo, terminamos nuestra ruta circular apareciendo en el famoso restaurante
de La Rana Verde. Solo nos queda llegar a la estación de tren y regresar a
Alcalá, donde estábamos a las 6 de la tarde, terminando así nuestra primera
ruta urbana del año 2014, una ruta
difícil de describir guardando el
equilibrio entre sendero y arte que espero haber encontrado sin confundir la
emoción semanal que todos sentimos con nuestras caminatas domingueras y
el compromiso para con el arte, necesario en
una ruta como la de hoy.
HASTA LA PRÓXIMA
LA RUTA EN IMAGENES
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