Grupo de Caminantes: Crónica 26 de Octubre de 2014 - De Fuentes de la Alcarria a Valdesaz

Grupo de Caminantes

Ruta: Fuentes de la Alcarria a Valdesaz

Distancia: 11 Kms.

Dificultad: Baja

Fecha: 26 de Octubre de 2014

Salimos de Alcalá con un poco mas de claridad que otros días debido al cambio de hora con dirección Guadalajara, y ya en Torija hacemos nuestra parada obligada, la del café. Conocemos bien este lugar y sus particularidades; sin dar paso en falso nos dirigimos al churrero, en los soportales, y seguidamente al bar, completando el desayuno con un café, al fondo el imponente Castillo de los Templarios contempla la plaza desde hace siglos.

Seguimos poco mas tarde hacia Fuentes de la Alcarria que marcará el inicio de la ruta de hoy. En la única puerta de muralla conservada y delante de la picota del siglo XVI, nos hacemos la foto de grupo.

Fuentes de la Alcarria debe su nombre a los abundantes manatiales que reunidos dan origen y caudal al Río Ungría.

Aunque actualmente cuenta con tan solo 29 habitantes tuvo privilegios de villa y señorío, contó con fuero propio y fue plaza defensiva importante con su pequeño e inexpugnable castillo del que solo quedan restos incorporados a algunas casas. Este pueblo medieval ocupa una afilada franja de terreno, como la proa de un barco, asomándose a dos barrancos: El del río Ungría y el de Don Luis.

Cuenta con una iglesia parroquial dedicada a San Agustín, del siglo XVI que en las ocasiones que hemos visitado Fuentes no hemos tenido la ocasión de poder acceder a su interior. No obstante Internet nos ayuda con esta foto.

Iniciamos el descenso hacia el profundo valle por un tendido camino que nos permite disfrutar del paisaje y sus colores otoñales

El camino bordea campos de cereales, el arbolado se compone de chopos, abundantes nogales de los que ya han recogido sus frutos y membrillos.

Llegados a Valdesaz, nos acomodamos en torno a la fuente para dar cuenta de las frutas en un silencio solo roto por el rugir de las potentes máquinas de un numeroso grupo de motoristas que rodaban por la sinuosa carretera atravesando el pueblo.

Subimos hasta la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción que con sus campanas apremiaba a sus feligreses, y a nosotros que si queríamos verla, teníamos que llegar antes que ellos.

Se levantó a mediados del siglo XVI, posiblemente sobre el primitivo templo de estilo románico. En su interior albergó ocho retablos construidos entre los siglos XVII y XIX, de los cuales tan solo el retablo Mayor y el de San Macario sobrevivieron a la Guerra Civil. La torre campanario, situada a los pies y muy posiblemente perteneciente a la construcción original, alberga dos campanas fechadas en 1859 y 1959 respectivamente, las cuales fueron restauradas entre octubre de 2012 y marzo de 2013. La noche del 22 de octubre de 1978, se declaró un pavoroso incendió que asoló el templo y acabó con las bóvedas originales, el retablo de San Macario y parte del retablo Mayor, hecho que recuerda una placa en la puerta que tambien nos cuenta que se rehabilitó y reinauguró el 20 de Marzo de 1982.

Camino de regreso y con un sol abrasador, llegamos al humedal del Río Ungría y a la sombra de unos portentosos olmos observamos como Blaki se daba un baño que con ganas nos hubiéramos dado alguno mas.